El Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés) de EEUU ha restablecido el programa migratorio conocido como «Quédate en México» (Migrant Protection Protocols, MPP).
Este programa, originalmente implementado en enero de 2019 bajo la administración de Donald Trump, obliga a ciertos solicitantes de asilo a permanecer en el país latino mientras se resuelven sus procesos migratorios en Estados Unidos.
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La medida la anunció el secretario interino del DHS, Benjamine Huffman, y entró en vigor de inmediato.
Desde el inicio del gobierno de Joe Biden, la administración intentó en varias ocasiones suspender el programa.
En enero de 2021, el entonces secretario en funciones del DHS, David Pekoske, y posteriormente en octubre de ese mismo año, el secretario Alejandro Mayorkas, buscaron eliminar los MPP.
Sin embargo, tras una serie de litigios, un tribunal federal suspendió el último intento de Mayorkas por poner fin a la medida.
Como se esperaba, la reactivación del programa ha generado controversia y preocupación entre los defensores de los derechos humanos y las organizaciones de apoyo a los migrantes.
El programa ha sido criticado por no proporcionar el debido proceso a los migrantes y por las condiciones inseguras que enfrentan en las ciudades fronterizas mexicanas.
Según datos de la organización American Immigration Council, solo el 7.5 % de las personas sujetas al programa lograron contratar a un abogado, lo que dificulta aún más su proceso de asilo.
La falta de asesoría y la inseguridad en las zonas fronterizas hacen casi imposible que los migrantes obtengan asilo con éxito.
Ante la reactivación de los MPP, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, también rechazó la posibilidad de que su país se convierta en un “tercer país seguro”, condición que obligaría a México a acoger a los solicitantes de asilo hasta la resolución de sus casos en Estados Unidos.