Mataron a su hijo de 4 años por comerse los chocolates de su hermana

Angel David Quintero
Por Angel David Quintero 3 Min de Lectura
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Un niño de 4 años murió en Argentina por la brutal paliza que recibió de parte de su padrastro y su madre. Ambos sujetos lo atacaron sin compasión después que el menor se comiera unos chocolates.

Los detenidos quedaron identificados como Luis Alberto Gallo y Victoria Belén Godoy. Ambos enfrentan cargos penales por homicidio agravado por el vínculo. De igual forma, trascendió que enfrentan la cadena perpetua.

Todo comenzó cuando la pareja tuvo que salir de casa. En ese momento le advirtieron a los niños que no comieran los chocolates. «Los bon o bon son para las nenas».

En el lugar estaba un bebé de dos meses, hijo de ambos, Renzo y otras dos hermanas mujeres, hijos de la mujer con otro matrimonio, y un chico de 10 años, hijo de un tercer padre.

Gallo y Godoy llevaban 14 meses en pareja y de convivencia, reseñó ViasZeta.

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Aunque aún no se sabe con certeza si la víctima se comió los chocolates, el niño de 10 años ofreció detalles en su primera entrevista con una psicóloga. Reveló que al llegar Gallardo lo agarró por el cuello. En ese momento confesó haber sentido mucho miedo y dijo que Renzo había sido el que comió los chocolates. Allí comenzó el ataque contra el menor de 4 años.

También declaró que los cinco hermanos eran obligados a picar piedras. La fiscal ya investiga también una explotación infantil.

Al ser interrogados por la policía, los padres fingieron que Renzo se había ahogado mientras se bañaba. Un rato más tarde, cambiaron de versión: Afirmaron que el chico se había caído vestido en la bañadera y que, su hermano de 10 años, había sido testigo de esa escena.

La autopsia concluyó que murió por golpes en la zona abdominal. Ese dato forense, sumado a otro testimonio de un vecino que escuchó gritos, fueron determinantes a la hora de las detenciones.

Los vecinos quemaron la casa donde vivían los imputados. La familia paterna del menor ya había denunciado a la mujer por agresiones físicas.

Además, el jardín de infantes al que asistía Renzo había advertido varias veces que llegaba con hematomas a la institución. Se lo comunicaban a sus padres, pero argumentaban que se golpeaba jugando.

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