Un doblete del brasileño Rodrygo Goes y una gran exhibición de su compatriota Vinicius Jr. le dieron al Real Madrid su vigésima Copa del Rey tras vencer 2-0 al Osasuna, en la final de la competición disputada en el estadio La Cartuja de Sevilla.
Rodrygo adelantó a los blancos en el minuto dos, lo que trastocó los planes del equipo rojillo. Luego del gol el Madrid dominó el balón y tuvo otras oportunidades que se encontraron con un inspirado Sergio Herrera, guardameta del conjunto vasco.
El regreso de Alaba al centro de la zaga ofrecía a Militao ese control parental que tanto necesita el brasileño para evitar su natural tendencia al despiste. Carvajal y Camavinga ocupaban los laterales de la defensa que protegía a Courtois. Por delante Tchouaméni, que sigue buscándose a sí mismo tras el Mundial, era la gran novedad para guardar las espaldas de Kroos y Valverde. Arriba, el trío preferido por Ancelotti y por el madridismo en general: Rodrygo, Vinicius y Benzema.
OSASUNA REACCIONÓ AL INICIO DE LA SEGUNDA MITAD
Al inicio del segundo tiempo el Osasuna consiguió el empate. Corría el minuto 57 cuando un centro al área, que ni Alaba ni Militao alcanzaron a despejar, fue recogido por Abde quien la puso de nuevo al área, donde fue desviada por la cabeza de Carvajal y cayó en los pies de Lucas Torró, quien empalmó la pelota y logró el 1-1.
El Real Madrid volvió a pisar el acelerador. No le sirvió y como Ancelotti no estaba conforme hizo un cambio para variarlo todo: Rüdiger por Tchouaméni. Alaba pasaba al lateral zurdo y Camavinga adelantaba su sitio al centro del campo.
LEA TAMBIÉN: ¿ESTÁ ARREPENTIDO? MESSI HABLÓ EN MEDIO DEL ESCÁNDALO QUE SE GENERÓ EN EL PSG Y SU VIAJE A ARABIA SAUDITA
Un minuto después de la revolución de Ancelotti llegó el 2-1. La jugada fue de Vinicius, que sentó a sus marcadores con una superioridad demoledora, ganó la línea de fondo y la puso atrás. Kroos disparó desde la frontal, tocó en un rival y la pelota cayó en los pies de Rodrygo que estaba emboscado en el área y la puso por encima de la salida de Sergio Herrera con una delicada vaselina, según reseñó OK Diario.
El Real Madrid volvía a gobernar la final pero Osasuna seguía sin rendirse. En el 80 Ancelotti tiró de Modric, ovacionado por la grada blanca. Descanso para un Kroos que terminaba la final algo fundido. Con el croata en el césped el Real Madrid supo manejar con maestría y talento los minutos finales.
