Condenada a 20 años en prisión por vender partes de los cuerpos que llegaban a su funeraria

Carlos Ramiro Chacín
Por Carlos Ramiro Chacín 3 Min de Lectura
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La expropietaria de una funeraria de Estados Unidos, Megan Hess, fue condenada a 20 años en prisión por descuartizar 560 cadáveres y vender partes de los cuerpos durante varios años.

Tras un largo juicio, Hess se declaró culpable de fraude, por lo que pasará 20 años tras las rejas. Por su parte, su madre, Shirley Koch, de 69 años, también aceptó los cargos y fue sentenciada a 15 años de cárcel.

“Hess y Koch usaron su funeraria en ocasiones para robar cuerpos y partes de cuerpos utilizando formularios de donantes falsificados y fraudulentos”, expuso el fiscal Tim Neff en un expediente judicial.

Hess llegando al tribunal. Foto: cortesía

La justicia sostuvo que el comportamiento de Hess “causó un inmenso dolor emocional a las familias” con sus acciones en la funeraria de Colorado. Esto se debe a que estafó a los familiares al cobrar 1.000 dólares por cremaciones que no se llevaron a cabo y entregar las cenizas de otros cuerpos.

Nuestra dulce madre, la desmembraron”, dijo uno de los familiares afectados, Erin Smith. “Ni siquiera tenemos un nombre para un crimen tan atroz”, agregó otra persona afectada ante la corte.

HESS MINTIÓ A MÁS DE 200 FAMILIAS

Los fiscales indicaron que Hess tuvo una “naturaleza macabra” al vender partes de los cuerpos. “Es preocupante para el tribunal que la acusada se niegue a asumir ninguna responsabilidad por su conducta”, dijo la juez del caso.

El caso se desencadenó por investigaciones periodísticas de Reuters entre 2016 y 2018 sobre la venta de partes de cuerpos en Estados Unidos. Empleados de Hess declararon para los reportajes y poco después las autoridades allanaron el negocio.

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Funeraria en la que ocurrieron los delitos. Foto: cortesía

La defensa de Hess alegó que su conducta se debe a una lesión cerebral a los 18 años y afirmó que se trataba de un “ser humano destrozado”. Sin embargo, Koch asumió la responsabilidad de sus acciones y pidió disculpas a los familiares.

En Estados Unidos es ilegal vender órganos como corazones y riñones para trasplantes, pero la venta de cabezas y brazos no está regulada. Por tanto, Hess y Koch fueron acusadas de estafa al mentir sobre las cremaciones de los cuerpos.

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