El presidente de Brasil, Luis Inácio Lula da Silva, ordenó la intervención federal de Brasilia, capital del país, donde cientos de manifestantes irrumpieron en las sedes de los poderes públicos pidiendo una intervención militar que derroque al líder de izquierda.
Lula nombró como interventor a Ricardo Capelli, secretario general del Ministerio de Justicia. Este será el responsable de toda el área de Seguridad en la capital hasta el próximo 31 de enero. Estará subordinado directamente al presidente, según reseñó Efe.
Lula culpó al actual responsable de Seguridad de Brasilia de no haber usado todos los medios disponibles para controlar la situación.
El mandatario también afirmó que los “vándalos fascistas” que invadieron las sedes del Parlamento, el Supremo y la Presidencia, en Brasilia, serán “encontrados” y “castigados”, según un documento que leyó el mandatario a los medios de comunicación.
Asimismo, prometió que hará todo para “descubrir a los financiadores” de las protestas, que “destruyeron todo lo que encontraron a su paso”.
“La democracia garantiza el derecho de la libertad de expresión”, pero “exige que las personas respeten las instituciones”, indicó el mandatario.
🚨 Presidente Lula decreta intervenção federal no Distrito Federal. Medida vale até o dia 31 de janeiro de 2023. pic.twitter.com/8aXbaEIvkO
— Metrópoles (@Metropoles) January 8, 2023
MANIFESTANTES TOMARON SEDE DE LOS PODERES PÚBLICOS
En un principio los manifestantes tomaron la sede del Congreso tras irrumpir en el edificio armados con piedras y palos. Posteriormente tomaron la sede del Ejecutivo y del Supremo.
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En videos que circularon por las redes sociales se ve como cientos de personas se pasean impunemente por las sedes de los poderes públicos de la nación amazónica.
LA POLICÍA RECUPERÓ LOS EDIFICIOS DE LOS PODERES PÚBLICOS
La policía recuperó las sedes del Congreso, la Presidencia y la Corte Suprema tras ser tomadas y vandalizadas por los manifestantes.
Muchos de ellos permanecieron frente al Cuartel General del Ejército, en Brasilia, desde el día posterior a las elecciones del pasado 30 de octubre. Desde ese momento pedían que Lula no accediera al poder.