Por María Laura García
Es imposible vivir sin atravesar situaciones complicadas, toparte con obstáculos, es decir, sin enfrentar preocupaciones cotidianamente, por lo cual pienso que deberíamos ocuparnos en entrenar nuestra mente para con buena actitud resolver o canalizar lo que se nos venga, sin cargarnos de tanto estrés tan perjudicial para nuestro cuerpo, porque lo que ciertamente más nos daña, es el pensamiento rumiante.
Es típico sentir ansiedad ante la incertidumbre que genera el futuro, nostalgia por el tiempo pasado o lo perdido, tener angustias por temas de salud, por retos del trabajo, por los hijos, en fin, lo natural es que surjan diversos contratiempos que nos afectan a nosotros mismos y a los demás. El tema o meollo es entonces, es gerenciar el cómo nos afecta lo que sucede a diario, ya que todas estas preocupaciones, que martillan nuestra cabeza a veces desde el mismo instante en el cual nos levantamos, entorpecen nuestro descanso y nuestra salud mental y, por consiguiente, con el paso del tiempo nuestro organismo, deteriorándolo y enfermándolo.
La mayoría cree que pensando una y otra vez en esa situación incómoda o problema va solucionarlo más rápido; y con los años, los que buscamos evolucionar y ser mejores, nos damos cuenta ya sea solos o de la mano de un especialista, que eso no ayuda, todo lo contrario, nos embota e impide ver el camino correcto con claridad.
Vivir preocupados, a la larga, nos llena de ansiedad, como ya lo mencioné, y además biológicamente nos desorganiza al punto de poder provocar incluso una depresión u otros trastornos de carácter emocional.
Ten en cuenta que preocupas demasiado cuando ya no puedes controlar tus pensamientos sobre aquello que te desestabiliza, altera tu rutina o que escapa de tu poder de solución.
La buena noticia es que siempre podemos echar mano de manera práctica a todo esto, porque los expertos recomiendo una serie de acciones sencillas para modular los pensamientos, sobre todo aquellos que nos hace daño o mantienen ansiosos.
¿Qué hacer?
1. Establece un «tiempo de preocupación». Hazte el propósito de ponerle un horario para pensar en aquello que te tiene preocupado, por Ej., quince minutos en la mañana y/o en la noche. Considera que repetirse una y otra vez mentalmente, aquello que te tiene nervioso, te pondrá peor. Justo cuando te escribo esto, surgió una gran preocupación, y ya le di su horario, la anoté para accionar mañana lunes, pues hoy ya NO puedo hacer nada.
2. Enfócate en sacar de tu cabeza los problemas en aquellos lugares que descansas. Tu «tiempo de preocupación» jamás debe ser en la cama. Maneja tus preocupaciones como un trabajo y no como parte del ocio o de tu descanso.
3. Echa mano de los recuerdos positivos cuando estés muy agobiado. Analiza, si al momento de ir a la cama comienzas a pensar de más, pues trata de opacar lo malo recordando los momentos en los cuales te sentías feliz, orgulloso o relajado; repítelos una y otra vez hasta que te quedes dormido. Llénate de emociones positivas, evocando sonidos, colores y olores de esos momentos felices.
4. Busca siempre hacer cosas nuevas. Enfocarte en distracciones que te permitan entretener tu mente y alejarte de esa ansiedad, como leer un buen libro, llamar a un amigo o simplemente escuchar tu canción favorita, son de bastante ayuda para evitar los pensamientos agobiantes que solo se solucionarán cuando puedas accionar y no solo pensar.
Finalmente…
Después de tanto leer sobre y trabajar en salud amigos, me queda claro que vivir preocupados deriva en angustia y esto puede a su vez provocar trastornos de ansiedad, afectar nuestra eficiencia cognitiva y esto afectará nuestra productividad laboral y relaciones personales.
Así que, te conviene tomarte el tiempo de ir adquiriendo estos hábitos, pues lograr dominar tu mente requiere de un entrenamiento largo, es decir, practicar y practicar constantemente, hasta que todo lo que te he dicho se vuelva algo rutinario, para lograr tener una mente calmada y confiada la mayor parte del tiempo.
Para algunos expertos, preocuparse es como una adicción, así que, si quieres acabar con ella necesitas ser disciplinado y entrenar como si se tratara de un maratón para aprender “no preocuparte y solo ocuparte”.
¿Cómo relajar mente y cuerpo? Tips básicos
- Haz inspiraciones lentas y profundas.
- Tome un baño con agua tibia.
- Escucha música que te tranquilice.
- Tararea o canta.
- Practica meditación consciente.
- Escribe lo que te estresa.
- Usa las visualizaciones.
- Concéntrate en una tarea a la vez.
REDES:
Instagram: @ATuSalud
YouTube: ATuSaludconMariaLauraGarcia
Facebook: ATuSaludEnLinea
Twitter: ATuSaludEnLinea
TikTok: ATuSaludEnLinea
Caraota Digital no se hace responsable por las opiniones, calificaciones y conceptos emitidos en las columnas de opinión publicadas en este medio.