Durante una práctica de fútbol juvenil en la comunidad de St. Louis, Misuri (EEUU), Daryl B. Clemmons, un padre de familia, disparó cinco veces contra el entrenador de su hijo, Shaquille Latimore, tras una discusión sobre el tiempo de juego del niño.
De acuerdo con medios locales, Clemmons, quien anteriormente había sido entrenador del mismo equipo, se enfrentó a Latimore armado tomando por sorpresa a todos.
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A pesar de que el entrenador intentó resolver el conflicto de manera pacífica, Clemmons rechazó la propuesta y disparó, dejando a Latimore gravemente herido.
Este ataque no solo puso en peligro la vida del entrenador, sino que también traumatizó a los niños presentes.
La madre de la víctima, SeMiko Latimore, expresó a New York Post su indignación, destacando que el incidente contradice los valores que los deportes juveniles buscan inculcar, como el respeto y el trabajo en equipo.
Además, el fiscal del caso, Gabe Gore, calificó el acto como inaceptable, subrayando la necesidad de abordar la violencia en este ámbito. Afortunadamente, la víctima logró sobrevivir.
LO QUE DIJO EL ENTRENADOR
“No vi su arma hasta que ya era demasiado tarde. Corrí, y él me disparó en la espalda. Caí al suelo, y me disparó un par de veces más”, declaró la víctima a las autoridades.
“Después de dispararme, dijo: ‘Te dije que iba a hacerlo’”, recordó.
La sentencia de Clemmons, programada para el 13 de marzo, será un momento clave para reflexionar sobre cómo prevenir futuros incidentes. Se espera que el caso sirva como un recordatorio de las consecuencias de la violencia en entornos comunitarios.