El padre José Luis Lofrano, párroco de la Iglesia María Auxiliadora de Boleíta en Caracas, comparó la militarización de los últimos días en el país con lo que presenció en la Alemania Oriental cuando estuvo tres meses por Europa.
Sobre su experiencia en Europa contó que se trató de algo muy parecido a lo que se está viendo en Caracas. «Teníamos que cruzar la famosa Alemania democrática, digo famosa porque ni era democrática, ni era Alemania, pero la habían invadido los rusos y por lo tanto era una zona comunista. El autobús no se podía parar por el camino, pero tuvimos que parar para el baño. Recuerdo que nos escoltaron hasta uno de estos restaurantes que eran zona neutral».
«Cuando me tocó visitar a la Berlín oriental te paraban en un sitio donde habían espejos arriba, abajo y a los lados. Que no se te ocurriese llevar libros dentro del morral, podías pasar un solo día allí y había que gastar 32 marcos», recordó el párroco.
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«¿Por qué cuento esto? Porque es horrible venir hasta acá y encontrar la calle full de soldados y encapuchados con pasamontañas negros. Es horrible sentir que regresé a la Alemania Oriental», aseveró el religioso.
En este sentido, destacó la importancia de la historia para evaluar este tipo de escenarios.
«La desgracia de un ser humano es toda su historia. La va a cargar siempre. Nadie me la puede quitar, ni siquiera el Alzheimer, porque uno recuerda lo viejo y no lo contemporáneo», comentó.
La homilía viral de la que todos hablan.
Escuchen hasta el final. pic.twitter.com/ytNkr0AlmA
— Gabriel Bastidas (@Gbastidas) January 7, 2025
«HASTA EL FINAL»
El párroco de la Iglesia María Auxiliadora de Boleíta exhortó a los venezolanos a asumir su rol ciudadano en estos momentos.
«Esta no es la realidad que Dios quiere, ni la zozobra, ni la angustia, ni el dolor, ni esa sensación trágica de caminar como si no pudiéramos hablar porque lo que digas será puesto en tu contra. La verdadera vida es la del Hijo de Dios», sostuvo.
Al final envió un contundente mensaje para afrontar los próximos días.
«Él no vino para salvarnos con palabras bonitas. Él vino y dio su vida. Nosotros somos seguidores de alguien que tuvo la esperanza en sus manos y podía haber evitado todo lo que sufrió, pero no lo hizo. Lo asumió», aseveró.
«Asumamos, como decimos en criollo, nuestro gallo muerto, y tenemos que echar hacia adelante, porque solo de esa manera se hace la esperanza. ¡Hasta el final!», concluyó.
